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Foto del escritorMarisol de la Fuente

Comarca andina: vinos del sur

La Comarca Andina abarca Bariloche, Río Negro, y llega hasta la localidad de Trevelin, en Chubut. Este nuevo corredor enoturístico comienza a destacar en la provincia de Chubut, donde se ubican los viñedos más australes de la Argentina y del mundo. Con un poco más de 130 hectáreas plantadas, la provincia se caracteriza por tener 21 productores. Algunos grandes, como Otronia, con 50 hectáreas, y Patagonian Wines con 15,  pero la mayoría son pequeños proyectos que cuentan con entre 2 y 6 hectáreas y han incorporado la vid a sus chacras de frutas finas y manzanas, deslumbrados por las posibilidades de este terroir que hoy brilla en el mundo del vino, dentro de Argentina y en el mundo.


También conocido como el Corredor de Los Andes, abarca 12 localidades: tres de Río Negro y nueve de Chubut, y es en ese marco que nace el Corredor Enoturístico del Paralelo 42°.  La bodega pionera fue Patagonian Wines, que se instaló en la localidad de El Hoyo en el año 1998, con la visión de Bernardo Weinert, fundador de Bodega y Cavas de Weinert, junto al enólogo Darío González Maldonado.


Los comienzos del proyecto no fueron fáciles, los locales eran muy incrédulos porque nunca nadie había plantado vides en estas latitudas. Todo el mundo creía que era imposible. Hoy, 25 años más tarde, los terruños de Chubut no dejan de sorprender.

En esta provincia patagónica, que representa menos del 1%  de la superficie cultivada del país, las reinas son las uvas de clima frío y ciclo corto, como el pinot noir, el merlot, la pinot gris, el sauvignon blanc, el riesling, el gewuztraminer y la chardonnay. 


“Se puede sentir el terruño en el vino. En nuestro caso me tocó recuperar los viñedos luego de un incendio, y hoy puedo decir que tenemos un producto de alta calidad con identidad y tipicidad de esta zona tan poco habitual de vinos. Aquí hay bosques, llueven 1000 mm al año, es un entorno diferente, y eso se expresa en los productos”, resume Oscar Ayestarán, propietario de Bodega Ayestarán Allard, en El Hoyo. Este establecimiento cuenta con 200 m2 para realizar los procesos productivos y lleva en sus etiquetas una punta de flecha en honor a los tehuelches, primeros habitantes de la región.


La comarca andina y sus viñedos

Los viñedos de la comarca andina son pequeños; los trabajos, manuales, y las producciones son de tipo garaje. Debido a la geografía de la Comarca Andina, las fincas son pequeñas y por lo tanto los viñedos no cubren grandes superficies. 

Aquí predominan los viñedos urbanos, es decir, pequeñas plantaciones en los patios y terrenos de las casas, algo que permite unir a la comunidad a través de los vinos.

La mayor dificultad de la Comarca Andina son las heladas, tanto las tardías de primavera como las tempranas de otoño. Sin embargo, los mayores inconvenientes ocurren con las primeras ya que si se hielan los brotes las vides deben gastar mucha energía en volver a brotar y baja la calidad. Por lo tanto, en esta zona es fundamental tener control de helada. Esta prevención se hace con una micro aspersión que aplica agua sobre la superficie de hojas y uvas para formar una capa protectora, algo que es posible gracias a que hay disponibilidad de este recurso. 


Los vinos de Chubut se caracterizan por la acidez natural y por su complejidad aromática, como consecuencia de una gran amplitud térmica que supera los 25° C y que se refleja también en los vinos de Fincas del Pirque, el proyecto de Ulises Neculman, ex director de la Escuela Técnica de El Hoyo, que inició en 2018. Estas mismas condiciones permiten huertas orgánicas que, en el caso de Aluminé Honik en Cabañas al Sur, se ensamblan con viñedos a 400 msnm con vista a todo el valle.


Es en este contexto que se realizó el “Primer festival provincial de la vendimia Paralelo 42°”. Sus protagonistas abrieron las puertas para recibir a locales y turistas. “Este año abrimos la bodega a la comunidad y a los visitantes. Entre las actividades hicimos competencias de cosecha y la ceremonia tradicional del pisado de las uvas”, comparte Estanislao Bougain, copropietario de Patagonian Wines, en El Hoyo y, además, suma: “Fue una gran experiencia para compartir nuestros vinos, que son de terroir, de este clima, de este medioambiente, de viñedos que tienen poco más de 20 años.” 


Similar fue la experiencia de Viviana Kohler, propietaria de Vinos Kohler. “Este año por primera vez nos animamos a recibir invitados en el evento de la vendimia, a recibir gente en nuestra chacra y hacerlo con calidad. Además, este año por primera vez vamos a hacer vinos en nuestra bodega garaje en la chacra. Nos encanta compartir este proyecto que inició mi padre, porque hacemos vinos que son fáciles de tomar, para la gente.”


“Nuestros vinos mantienen la esencia a lo largo del tiempo, son vinos frescos y bebibles. El lugar es único, no hay nada comparable en el resto del mundo. Sin embargo, la desventaja es el mismo lugar, por las distancias y sus complejidades”, aporta Emanuel Rodriguez, responsable de enología en Viñas del Nant y Fall, en Trevelin.


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