La respuesta es un definitivo SI. Pero, ¿por qué ocurre esto? Cuando hablo de amplitud térmica me refiero a la diferencia entre el calor del día 🌞 y el frió de la noche 🌛, que en algunas regiones puede llegar a ser de hasta 20°C.
En este tipo de contexto, la vid aprovechará la luz solar para hacer fotosíntesis. Con mucho calor generará más aromas y metabolizará los ácidos más rápido. En la noche consumirá su propia producción diaria pero si la temperatura es muy baja el proceso será lento y el consumo bajo. En síntesis, la planta habrá producido un montón y consumido muy poco logrando así bayas que permiten producir vinos más intensos, con más alcohol y acidez refrescante.
Esto no es garantía de mayor calidad pero sin duda permite al enólogo crear vinos con personalidad como este #ekeko de bodega Miraluna @bodegamiraluna ubicada en Cachi, Salta.
¿Te quedaron dudas? ¿Fue claro? Contame que te leo en los comentarios.
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